El núcleo familiar es aquel espacio en el que se transmiten y perpetúan la represión del deseo, las convenciones y los prejuicios. Desde la infancia la mirada se va transfigurando, disciplinada por las convenciones. Una sensación familiar es
una sensación que se experimenta de forma reiterada hasta constituir un cliché. Estas puestas en escena asumen las formas de la trasgresión en un intento por recuperar su originalidad, el poder sobre su cuerpo y su deseo. Expresan los
impulsos contradictorios que animan la búsqueda de autonomía y trascendencia más allá de los límites de las convenciones.